sábado, 26 de enero de 2013

Velas de Viento: Capítulo 6



Hola, gentecilla :) Siento no subir capítulos muy a menudo, pero es que ahora voy a empezar con los exámenes intermedios (asco) y tengo que estudiar. Además, paralelamente a Velas de Viento estoy escribiendo un relato para un concurso y me lo estoy currando xD Si queréis participar, es para jóvenes de entre 16 y 23 años. Os dejo el enlace: http://www.mariaagustina.es/bases





Johanna se preguntó dónde estaría Dick. Normalmente, después de las clases con su padre, la esperaba siempre en la cubierta para las clases de lucha. Le parecía que aún era pronto, pues su padre les había dejado ir antes que otros días, así que Johanna determinó que antes de subir a la cubierta se pasaría por el camarote de Dick.

Su amigo compartía camarote con cuatro chicos más, dos de ellos eran Peter y Ben, y los otros dos se llamaban Kimbu y Nate, de 10 y 8 años, respectivamente. Ese era el camarote destinado a los grumetes en formación, chicos menores de 16 años que tenían trabajos tales como limpiar la cubierta. Johanna, aunque tenía aún trece años y en teoría pertenecía a ese grupo, se alojaba aparte gracias a su padre. La chica le había pedido incontables veces que dejara a Dick quedarse con ella en su camarote individual, pero el Capitán John se había negado alegando que eso le parecía inapropiado.

El camarote de los grumetes estaba cerca de la bodega, bastante lejos de la luz del sol y era, por descontado, uno de los peores camarotes del barco. La estancia que te correspondía estaba en concordancia con la posición que ocupabas y ser grumete no era, que digamos, algo muy glamuroso. En aquel camarote no había ventanas, tan solo un ojo de buey casi en el techo al que golpeaban las olas constantemente. Como Johanna imaginaba, Dick no estaba allí, había sido una tontería bajar. Él siempre procuraba pasar el mayor tiempo fuera de aquel lugar, decía que se axfisiaba en un sitio tan cerrado. A quien si encontró fue a Ben, sentado en una esquina sobre unas mantas y leyendo el libro que el capitán le había prestado. Como el camarote era muy pequeño (más que el de Johanna), los chicos tenían que dormir unos sobre un fino colchón en el suelo y otros sostenidos por hamacas hechas de cuerda trenzada que colgaban del techo sujetas por unos clavos.

-¿Has visto a Dick, Ben?-Le preguntó Johanna.

El chico levantó la mirada vidriosa del libro y negó con la cabeza para luego seguir leyendo. Ni siquiera perdió el tiempo en decir nada. Ella no acababa de entender cómo alguien se podía sumergir de esa forma en la lectura.

Johanna decidió por fin subir a la cubierta, el olor a vino y a ron proveniente de la bodega le estaba mareando. Esta estaba muy concurrida, con piratas que trabajaban y con otros que simplemente estaban sentados en el suelo o sobre un montón de cuerdas jugando a los dados, a las tabas o charlando. Normalmente la tripulación en su tiempo libre se congregaba en el comedor, pero en días como aquel en los que hacía buen tiempo, apetecía salir afuera donde el ambiente estaba menos cargado. Johanna no vio a Dick en un primer vistazo, así que decidió ir a sentarse junto a Kimbu y Nate que estaban apartados a un lado de la cubierta sin mucho que hacer. Los dos chicos le caían bien, también le gustaba ir con ellos y les consideraba sus amigos.

-Hola.-Saludó Johanna y se sentó frente a ellos en el duro suelo con las piernas cruzadas.

-Hola Joe.-Dijo el pequeño Nate con una sonrisa en la cara y la miró con sus ojos enormes de niño. Kimbu le dirigió una leve inclinación de cabeza, pero permaneció en silencio.

Johanna siempre pensaba que Kimbu y Nate eran como hermanos, igual que Dick y ella. En un barco pirata, siempre hacía falta alguien en quien confiar y poder apoyarse en los duros momentos. Los dos niños no se parecían en nada: Kimbu era fuerte y alto, más que Johanna pese a la diferencia de edad, y tenía la piel oscura y el cabello negro y cardado; mientras que Nate era paliducho y su pelo era liso y del color del bronce.

Los dos habían llegado a la vez al barco y Johanna se sabía su historia. Al parecer, Kimbu había encontrado a Nate en la ciudad donde ambos vivían, hacía cuatro años. El pequeño estaba muerto de hambre y de frío, y no tenía a nadie. Kimbu, en un acto de bondad, decidió hacerse cargo de él,pues sabía lo que era estar solo: sus padres habían muerto cuando era muy niño y tuvo que hacerse un hueco en el mundo sin ayuda de nadie, pese a ser un niño tan pequeño. No quería que Nate pasase por lo mismo que él.

Respecto a Nate, nadie sabía de dónde provenía pues su más temprano recuerdo se remontaba a la época en la que ya conocía a Kimbu y cuando se conocieron no sabía decir nada más que su nombre. Pese a todo, al pequeño no parecía importarle no saber quien era su familia o de dónde procedía.

-¿Habéis visto a Dick?-Les preguntó a los dos grumetes.

-Yo no.-Contestó Kimbu con su voz grave.

-Yo le he visto en la comida.-Interrumpió Nate.-Ha comido con nosotros y luego se ha ido, yo creía que se iba echar la siesta, aunque esta mañana ha dormido hasta tarde, cuando yo me he levantado él todavía estaba durmiendo.

Johanna sonrió ante el alegre parloteo del pequeño. Cuando empezaba a hablar, no había quien le callase.

-¿Y no le has vuelto a ver, Nate?

-No, porque ha venido Lenny y me ha puesto a contar tablones, clavos y más cosas que hay en el almacén y que luego él apuntaba en un papel el número que le decía.

Johanna tembló al oír el nombre de Lenny. Casi se había olvidado de su conversación con él a mediodía y no quería recordarla.

-Eh, Joe, ¿sabes que he estado practicando con la espada.-Dijo el pequeño emocionado.

-¿A sí?

-Sí, ya verás que bien lo hago en la clase de hoy, pronto por a ser más fuerte que nadie, más fuerte incluso que Kimbu ¿A que sí?-Preguntó al alegado.

-Claro que si.-El chico sonrió y le revolvió el pelo al pequeño.

-¡Mira, por ahí viene Dick!-Señaló Nate.

En efecto, Dick se acercaba pausadamente hacia ellos con las manos en los bolsillos. El muchacho se acercó hacia ellos sin decir palabra y se sentó sonriéndoles a los tres de una manera sospechosa.

10 comentarios:

  1. Soy la primera en comentar! que biien! ahahaha ^^
    Me encanta el capítulo. Sigue así ;D Beshines! :3

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  2. segunda en comentar!:D
    capitulo maravilloso!
    sige asi!
    Besos M.T

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  3. ¿Trece? ¡Yuuuhuu! Es la primera protagonista que conozco más joven que yo :D.
    Me encanta esta historia, los piratas son asjaskdjhlkahfd. ¡Un beso!

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    1. Jajajajaja bueno, Harry Potter tenía 11 años en el primer libro...En realidad, no sabia muy bien que edad ponerle, pero 13 me pareció bien xD

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  4. Me gusta esta historia de piratas ^^ ¿Qué habrá hecho Dick mientras estaba ausente? ¬¬
    Muchos besos Luba :)

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    1. Gracias :) En realidad, tampoco es nada muy importante, pero bueno xD

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  5. Una historia del mar y de piratas tiene buena pinta haber por que sonríe de forma sospechosa...
    P.D tendría que haberme pasado mucho antes por tu blog pero no tuve mucho tiempo libre :S

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