Hola :) ¿Qué tal, gente? Feliz año a todos ^^ He terminado el tercer capítulo, venga, a ver si os gusta:
Era una estancia grande, la más grande en todo el barco si no se
contaba la cubierta. El comedor se componía de tres de mesas de
madera vieja dispuestas en paralelamente donde se reunía toda la
tripulación para las comidas o para pasar el rato, así que siempre
solía estar lleno. Una serie ventanas pequeñas colocadas a los
laterales dejaban entrar la luz, pero como esta no solía ser
suficiente, siempre había velas encendidas puestas sobre las mesas
que inundaban la estancia con un cálido resplandor dorado. El
comedor olía a una mezcla de tabaco, ron, sudor y guisos de comida;
pero a Johanna no le molestaba.
Las cocinas
conectaban con el comedor por una puerta lateral. Dick y Johanna se
dirigieron hacia allí. La cocina y la despensa era la misma estancia
y siempre encontrabas a cuatro mujeres allí, las únicas en el barco
aparte de Johanna y que se encargaban de hacer la comida, fregar los
platos y limpiar el comedor. Para soportar la vida en el barco
rodeadas de hombres, estas habían adoptado una fortaleza digna de
cualquier guerrero: las cuatro eran mujeres duras y más te valía no
infravalorarlas si no querías acabar con un tenedor en el ojo. En
otra vida habían sido ladronas, estafadoras y cosas peores; como
todos en el barco, ellas también tenían un pasado oscuro y
humillante. Johanna las admiraba por su fuerza y determinación y,
por supuesto, pensaba que eran tan válidas como cualquier hombre
para realizar los trabajos que estos hacían. Sin embargo, por ser
mujeres, quedaban relevadas a las cocinas. Esta era una de las normas
del Velas de Viento, Johanna era una excepción gracias a su
padre.
Misa, la cocinera
jefe y la más mayor de las cuatro, les señaló una cazuela que
hervía a fuego lento.
-¡Hoy hay guiso,
como todos los días! Servíos sólo un tazón, andamos escasos de
provisiones.-Anunció con su vozarrón grave.
Dick y Johanna
hicieron lo que les decía, aunque llenaron su tazón hasta el borde.
Cada uno cogió una hogaza de pan duro para acompañar el guiso. Al
salir, Misa le dio disimuladamente a Johanna un trozo de cecina
salada sin decir nada. Johanna se lo agradeció con la mirada y se lo
guardó en el bolsillo para comérselo más tarde, la carne era un
bien escaso en épocas como aquella. A Johanna le caía bien Misa, la
mujer llevaba en el barco mucho tiempo y siempre tenía historias
interesantes que contar de cuando era joven.
De vuelta al
comedor, se fueron a sentar en el mismo sitio de siempre, el rincón
donde se reunían los grumetes más jóvenes. En realidad podían
sentarse donde quisieran, pero preferían estar con gente de su misma
edad.
-¡Joe!-Llamó
alguien antes de que pudiesen sentarse.
Johanna se giró
buscando al que la reclamaba. Todos en el barco la llamaban Joe,
excepto su padre, por eso ya estaba acostumbrada a responder por
aquel nombre.
El que la había
llamado era el contramaestre jefe, Lenny, aquel que se encargaba de
mantener el barco en buen estado.
-¿Vienes?-Le
preguntó Johanna a su amigo.
-No, ve tú. Nos
vemos luego.-Se despidió Dick y fue a reunirse con los demás.
Johanna se dirigió
hacia donde estaba sentado Lenny. Comía sólo en un rincón, como
casi siempre, y ese día parecía preocupado. La chica se preguntó
para que querría hablar con ella.
-Hola, Lenny.-Saludó.
Él señaló con la
cabeza en sitio libre frente a él y Johanna se sentó. El hombre
tenía un tazón de guiso frente a él, pero no comía nada. Tan
sólo se dedicaba a darle vueltas con la cuchara, como esperando
encontrar en la solución a todos sus problemas en la sopa. Johanna
decidió que si no quería comer, allá él, pero ella tenía hambre.
Arrancó un buen pedazo de pan y lo sumergió en el caldo para luego
comérselo. Aunque estaba bueno (era guiso de pescado, patatas y
zanahoria), resultaba repetitivo comer lo mismo todos los días.
-¿Para qué me
querías?-Preguntó Johanna entre bocados.
Lenny levantó la
mirada de su tazón y miró a Johanna a la cara. Ciertamente parecía
cansado: bajo sus ojos castaños se perfilaban unas profundas ojeras
que le daban aspecto de lunánico, estaba sin afeitar y el pelo negro
lo llevaba más enmarañado que de costumbre.
-¿Qué tal está
tu padre?-Preguntó al cabo de un rato.
-Seguirá enfadado
conmigo, supongo.-Contestó Johanna. No entendía bien a qué venía
la pregunta.
-Cosas malas están
por venir.-Dijo Lenny con voz lenta y pausada. Seguía mirando
fijamente a Johanna y a ella le estaban empezando a dar escalofríos.
-¿Qué tipo de
cosas?
Lenny sacudió la
cabeza. Johanna esperó a que contestase, pero no lo hizo. Ella
formuló otra otra pregunta:
-¿Y cómo sabes tu
eso?
El contramaestre
tampoco contestó esta vez, tan solo se limitó a sacarse del
bolsillo un trozo de cuerda deshilachada y a dejarlo sobre la mesa.
Johanna se lo tomó como una invitación para examinarla. Era un
trozo de cuerda normal, sin nada en especial aparte de estar medio
deshecha.
-¿Qué quiere
decir?-Preguntó según devolvía la cuerda a la mesa.
-Aún no lo
sé.-Contestó Lenny.-Pero esto es un mal presagio.
-No, solo es una
cuerda.-Terció Johanna.
Lenny negó con la
cabeza.
-Tú no lo
entiendes porque no tienes el don, pero esto no es una cuerda normal.
Indica que cosas malas van a pasar en un futuro cercano. O lejano,
eso no está claro. Pero sé que ver contigo Joe, ándate con ojo y
no te fíes de nadie.
Los ojos del hombre
parecieron oscurecerse según acabó su discurso. Johanna se quedó
desconcertada sin saber muy bien que contestarle. ¿Que podía
decirle? “Lenny, háztelo mirar porque me parece que estás
perdiendo la cabeza” no era una opción. Al final optó por callar.
Johanna recordó entonces una cosa: antes de ingresar en el barco y
hacerse contramaestre, Lenny había sido una especie de hechicero
vidente, y además era conocido por acertar siempre en sus profecías,
alguien se lo había contado alguna vez.
El hombre pareció
darse cuenta entonces de que tenía un tazón de guiso enfrente y
comenzó a darle sorbitos pausadamente. A Johanna aún le quedaba la
mitad de su ración, pero ya no tenía hambre, se le había puesto el
estómago revuelto.
Guau, y que cosa mala sucederá? ahaha me ha encantado un beso cielo
ResponderEliminarhttp://macherieladyartiste.blogspot.com.es/2013/01/no-tiene-por-que-ser-una-princesa.html#comment-form
Muchas gracias :)
EliminarHumm... ¡ahora no podré dormir bien! Bueno, de todos modos esta noche nos visitan personas especiales e.è así que tampoco dormiré mis horas necesarias x] Como siempre, genial Luba. Un beshín :3
ResponderEliminarJajajaja cierto, los reyes magos :3
EliminarGenial luba... Esto empieza a tomar forma! Es genial pero he visto un fallito de esos que te despistas, cuando al principio pones: dispuestas en paralelamente donde se reunía toda la tripulación. No sería dispuestas en paralelo? Y :Pero sé que ver contigo Joe, ándate con ojo y no te fíes de nadie.
ResponderEliminarBueno, que me encanta!!!! Un besito :)
Jajajajaja sii, es verdad, gracias por decirmelo, ahora lo corrijo :D
EliminarLubaaa me encanta tu blog, por eso te he elegido como uno de los 15 mejores blogs. http://comosobreviviralos16.blogspot.com
ResponderEliminarVaya mal rollo... :S Por favor que esa predicción sea de un futuro lejaaaaano lejanísimo (aunque no creo, ¿verdad? jaja)
ResponderEliminarMuchos besos y feliz año
Emm, no, no está muy lejando jaja
EliminarHola me encanta como escribes y la historia ya ni te cuento te importaria pasarte por mi blog y decirme que te parece es este http://unmundoquenoesloqueparece.blogspot.com.es/
ResponderEliminargraciaas un beso
Muchas gracias, ahora mismo me paso :)
EliminarEsta muy bien la historia :3 No sé si haré eso de los 15 mejores blogs, porque me da una perezaaa... xD Pero agradezco mucho el detalle, de verdad.
ResponderEliminarPero que vaga que eres, ¿eh? Jajajaja nah, tranquila, si no lo quieres hacer no lo hagas xD Gracias por pasarte :)
EliminarEsto ya está tomando forma xD
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